“Los
hijos son las anclas que atan a la vida a las madres”
Sófocles,
poeta trágico griego
Mi hijo Eduardo tenía 17 años, y yo envuelta
en el día a día del trabajo, su crianza y atención de sus estudios, no reparé
en un embarazo.
Al recibir la noticia me alarmé, pues ya mi
hijo era un hombre y no había planificado otro miembro en la familia. La
llegada de la “posible hembra” alegró a todos en especial a su hermano.
Entonces nació mi hija Carla, mi Luna, el 11
de julio de 1989. Una linda niña que hoy celebra sus 26 años. Querida y deseada
por todos, vino a ocupar un lugar especial en nuestro hogar y en nuestros
corazones.
Era muy gracioso cuando de días de nacida
Eduardo me acompañaba con ella en sus brazos, sentía al paso por las calles,
las miradas de las personas censurando la juventud de mi hijo como “posible
padre de la bebé”
Pasé muchas noches de insomnio en los
hospitales pues le daban fuertes crisis de asma
de pequeñita, que con el paso
del tiempo se ha ido curando. Tuvo una crianza llena de alegrías y de
fantasías como todos los niños cubanos. De
pequeña, cuando yo quería regañarla o indicarle algo con mis ojos, tal era su
distracción, que se me salían de sus órbitas, pero ella no entendía nada.
Recuerdo con gracia que cuando quería que me
despertara en lugar de llamarme me abría los ojos levantándome los párpados con
sus manos. Muy inteligente! Sabía que cuando tenía los ojos abiertos estaba
despierta.
En la escuela primaria era la primera que
llegaba y la última que se iba, la que ayudaba a la auxiliar de cierre a bajar
y quitar del asta la bandera. Yo trabajaba hasta las 5 de la tarde y no tenía
quién la recogiera. Cuando llegaba, solo quedaba ella en la escuela.
Inteligente, risueña y despistada. Ya en la
secundaria comenzaban los días de exámenes y habían informado los
horarios, todos se realizarían en la
tarde, menos uno que sería por la mañana, ella no reparó en eso y se presentó a
realizar su prueba cuando todos ya terminaban, tuvo que hacerla el día de la
revalorización.
Cursó la Escuela de Instructores de Arte
becada durante 4 años, recibió una preparación cultural integral que le ha
servido en su vida y trabajo profesional. Allí sembró muchas amistades, amor, y
también dolor.
La inclinación por el arte le vino desde muy
pequeña, hizo talleres de teatro, modelaje, baile, escribió poemas y participó
en concursos literarios y de dibujo. Cuando tuvo que decidir sus estudios
superiores llegó a graduarse de Licenciada en Instructora de Arte en la
especialidad de Teatro. Hoy se desempeña como tal en la misma escuela que hizo
sus estudios primarios.
Ha realizado un lindo trabajo con sus
alumnos contribuyendo a su formación general y a motivarlos por las manifestaciones
artísticas.
Querida siempre por su carisma y buen
corazón. Buena hija, hermana, nieta y “tata” de sus dos bellos sobrinos.
Es muy creativa, muy simpática y alegre,
artista, comunicativa, adorable, especial… y siempre dispuesta a tomarse fotos.
En su corta vida ha tenido que enfrentar situaciones límites que ha sabido
superar.
Ha sido mi amiga y siempre juntas hemos
sabido comunicarnos y salir adelante en nuestros tropiezos. Juntas hemos reído,
compartido y sufrido. Hoy me alegro haber tomado aquel día la decisión de parir
de nuevo después de 17 años y traer a la vida una bella hija. Estoy feliz y
orgullosa de ella. Mi Luna
brilla siempre para todos!
¡¡¡¡Felicidades
en tus 26 años, mi hija querida!!!!!
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