sábado, 10 de noviembre de 2018

El Cristo que enaltece a La Habana



Foto: Ismael Francisco
Seguí mis principios y traté de lograr una estatua llena de vigor y firmeza humana. Al rostro le imprimí serenidad y entereza como para dar alguien que tiene la certidumbre de sus ideas; no lo vi como un angelito entre nubes, sino con los pies firmes en la tierra.
-          Jilma Madera
El Cristo de La Habana es una atractiva e impresionante escultura ubicada a la entrada de la Bahía de La Habana,  en el pueblo de Casa Blanca. Pareciera que está glorificando y dando la bienvenida a todos. 
La escultora cubana Jilma Madera
La autoría es de la escultora cubana Jilma Madera, quien nació en Pinar del Río el 18 de septiembre de 1915, y fue la primera mujer en el mundo en realizar un monumento de tal dimensión.
La majestuosa obra tiene veinte metros de altura y se eleva a 51 sobre el nivel del mar, y para su construcción la artista utilizó 600 toneladas de mármol blanco de Carrara. 
El Cristo está formado por 12 capas horizontales, con 67 piezas que se montan en su interior, y su peso fue calculado en 320 toneladas.
Se inauguró el 25 de diciembre de 1958 con la presencia de Fulgencio Batista. Ese día durante el acto oficial la autora expresó: “Lo hice para que lo recuerden, no para que lo adoren: es mármol”.
La figura de Jesús fue esculpida de pie y mirando hacia la ciudad, con una mano en el pecho y la otra en alto, en actitud de bendecir. La creadora le dejó los ojos vacíos para que diera la impresión de que está mirando a todos desde cualquier lugar.  
Foto: José M. Correa
Un dato curioso es que en el interior de la base, de tres metros, la escultora depositó periódicos de la época y una pequeña cantidad de monedas.
Por encontrarse a la intemperie y tan elevada ha sufrido diversos desastres por las inclemencias climáticas y la contaminación atmosférica. Uno de los motivos fundamentales fue la ineficiencia del pararrayos con que contaba, reportándose impactos en los años 1961, 1962 y 1986 con afectaciones localizadas en la cabeza y el codo derecho. Por eso ha sido objeto de varias restauraciones.
Foto: José M. Correa
Al equipo encargado de su reconstrucción le fue otorgado el Premio Nacional de Restauración 2013, por el excepcional y riguroso trabajo de investigación científica, por el diagnóstico experto y la restauración integral del conjunto escultórico. Este colectivo realizó disímiles y complejas labores técnicas y artísticas, así como recomendaciones que garantizan su mantenimiento y conservación.
El 6 de noviembre de 2017 fue declarado Monumento Nacional, teniendo en cuenta sus valores artísticos y de arraigo popular.
Por su altura puede ser contemplado desde diferentes sitios de la capital y, a su vez, desde su posición se puede observar una atrayente vista de La Habana. 
Foto: José M. Correa
Resulta imposible no emocionarse ante tan bello y conmovedor ícono, con su color blanco luminoso, tan cerca de la tierra y del cielo, asentado en un lugar público de gran belleza. La Habana y sus habitantes, pronto a celebrar sus 500 años, cuentan con un Cristo erguido, elegante, vigoroso y certero.
El Cristo de La Habana parece bendecirnos cada día en esta tierra, que es nuestra, es de todos