domingo, 27 de noviembre de 2016

Hasta Siempre, Comandante!




Foto: Roberto Chile
Es medianoche y la noticia me sorprende. Interrumpen la programación de la Televisión Cubana para dar a conocer una alocución de Raúl Castro al pueblo de Cuba.
Querido pueblo de Cuba:
Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo, que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10:29 horas de la noche, falleció el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán cremados.
En las primeras horas de mañana sábado 26, la Comisión Organizadora de los funerales brindará a nuestro pueblo una información detallada sobre la organización del homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana.
¡Hasta la victoria siempre!

Estoy sola, me ha impactado y sorprendido la triste verdad. Consternada aviso a mis dos hijos, es una obligación, es como compartir la muerte de un familiar, de alguien a quien siempre tendremos vivo en nuestros corazones. Es Fidel. Es nuestro Comandante en Jefe.
Amigos cercanos de otras latitudes que nos visitan en estos días, y que están a nuestro lado, también se entristecen, están al tanto, nos tienden la mano y manifiestan sus condolencias. Nos piden conservar la prensa que detalla el homenaje. 
Foto: Liborio Noval
Su grandeza lo hace querido y respetado por todos. 
Fidel es uno de los hombres más grandes que ha dado la humanidad.
Recuerdo ahora sus discursos, su paso firme, la caricia a un niño, la permanente vigilancia por la Patria, el amor a su pueblo.
Fui testigo de muchos acontecimientos históricos; unos victoriosos y otros tristes, pero todos siempre guiados por él.
Foto: Ricardo López Hevia
Presente siempre al lado de su pueblo. Nunca desatendió ningún problema de sus compatriotas, nunca le fue ajeno un reclamo, una opinión por muy insignificante que pareciera.
No dejaba de conmoverme una y otra vez con sus consignas, con sus frases "…cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!, así aclamaba emocionado en la despedida de nuestros hermanos muertos en el Sabotaje de Cubana de Aviación, o cuando dijo: "... la inocencia de esos patriotas es total. Solo les digo una cosa, Volverán”, y volvieron nuestros Cinco Héroes, o con su presencia en cada una de las tribunas en la lucha por el Regreso del niño Elián González. 
Su humildad y su amor al prójimo lo hicieron inmenso. Fiel a sus principios, a los valores patrióticos. Defensor de las causas justas y de los pobres.
Hoy siento un dolor profundo, pero también un inmenso orgullo de haberme formado y haber crecido con su guía, con su ejemplo.
Hoy más que nunca me siento feliz de ser cubana. Y honrada de honrarte Fidel. 
Hasta Siempre, Comandante!

viernes, 22 de julio de 2016

Eduardo Muñoz Bachs: imprescindible siempre



Eduardo Muñoz Bachs

Soy creída, y aunque sé que no alcanza el espacio de mi blog ni el tiempo para escribir sobre él, y que no tengo el conocimiento ni el talento, me atrevo a redactar este post, convirtiéndose en una justificación para rendirle homenaje, para recordarlo, para intentar salvar la deuda de muchos y sobre todo para incentivar su estudio y enseñarles a las nuevas generaciones, al menos, un destello de la vida y obra de Eduardo Muñoz Bachs, diseñador, dibujante, ilustrador y pintor autodidacta y que fue considerado el más importante exponente del cartel cinematográfico cubano.
Demostró gran talento en el dibujo y la gráfica, tanto en sus carteles como en sus ilustraciones para libros infantiles. A partir de las imágenes prevaleció en su estilo la creación de símbolos únicos y trascendentes como la caligrafía manual y la figura de Charles Chaplin, del que expresó: "es un símbolo claro y comprensible de cine: integra el humor, lo patético, lo social, lo poético, lo tierno, lo ingenuo. Es un compendio plásticamente muy usable. Chaplin es eso también. Además de todo lo que es". 
 Nació en Valencia, España, el 4 de diciembre de 1937 y murió en La Habana, Cuba el 22 de julio de 2001, hace hoy 15 años. Llegó a Cuba a la edad de 4 años acompañado de sus padres.
En 1960 empezó a trabajar en el ICAIC como diseñador en el departamento de Dibujos animados y en 1961 diseña el cartel de la primera película realizada por la Revolución Cubana; “Historias de la Revolución” del director Tomás Gutiérrez Alea.
Es autor de más de mil carteles cinematográficos, dibujante de historietas e ilustrador de revistas y de casi veinte libros para niños.
Fue merecedor por su destacada trayectoria de más de 30 premios y reconocimientos nacionales e internacionales, algunos como: Premio al Mérito", Concurso Internacional de Carteles de Cine, Ottawa, Canadá;  Premio al Mérito", Concurso Internacional de Carteles de Cine en el Festival Internacional de Cine, Cannes, Francia; Gran Premio Internacional de Carteles de Cine", Primer Festival Internacional Cinematográfico, París; Primer y Tercer "Premios del Concurso de Hollywood Report; Gran Premio Coral" en el 5to. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano por el conjunto de carteles presentados en el 3er. Concurso latinoamericano y caribeño de carteles cinematográficos La Habana, Cuba, entre otros.
Fue Miembro de la UNEAC, recibió la Distinción por la Cultura Nacional y las Medallas "Raúl Gómez García" en (1982) y la “Alejo Carpentier” en (1988).

Sobre el Cartel de cine dice Wikipedia, la enciclopedia libre: que es el que se usa para anunciar una película. En su origen solían incluir escenas significativas del filme o imágenes de los actores principales o sus nombres; más tarde se añadió el nombre del director o el logo.

El uso del cartel es común en los exteriores e interiores de las salas de cine, programas de mano y todo tipo de vallas publicitarias. También se puede utilizar en los sitios web, la carátula del DVD, el CD de la banda musical y otros. El hecho de que el cartel siga utilizándose desde hace más de un siglo avala la validez de este modelo publicitario quizá por su valor simbólico y como referente en la mente del espectador.

Una pequeña muestra de sus ilustraciones y carteles cinematográficos.















lunes, 9 de mayo de 2016

De 20 y de Millones



Foto: Xavier Carvajal
Lo que ocurre en el pasado 
vuelve a ser vivido en la memoria.
        John Dewey  (1929-1968)
        Religioso estadounidense
                
Nunca deja de emocionarme, por más veces que asista o más obras que vea. Nunca deja de sorprenderme, nunca deja de calarme en lo más profundo.
Argos Teatro, el grupo de Carlos Celdrán pasó a ser para mí una adicción desde la primera vez que tuve el privilegio de poder disfrutar una de sus puestas.
Nunca más he podido desprenderme de estar siempre, una vez y otra,  y más… tratando de estar en la fila primera, ahí, donde pueda tocar a los actores, desde donde pueda devolverles la ira, el llanto, el beso, el drama, que siempre comparto con ellos en cada escena.
Allí estaba de nuevo, en la pequeña salita, en la primera fila con las mismas inquietudes, para deleitarme con “10 Millones”, escrita y dirigida por el dramaturgo Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro.
Con pocos diálogos, en una forma muy peculiar de narración, en ocasiones con un solo personaje en escena convirtiéndose en un franco monólogo, se desarrollan los acontecimientos que van transitando desde 1969, víspera de la “Zafra de los 10 Millones” en 1970, los sucesos de la embajada de Perú que dieron lugar a la salida del país por el Mariel en los años 80 hasta las frustraciones, dudas, afectos, soledades, nostalgias y verdades que muchos han sufrido en carne propia.
Foto: Xavier Carvajal
El recuerdo desde su infancia y las vicisitudes transitadas hasta su adultez fueron la inspiración de Celdrán para escribir el guión. Las nuevas generaciones podrán apreciar en su propia piel los recuerdos y situaciones de aquellos años que no conocieron. Es un testimonio digno de análisis, respeto y amor. Yo también viví desde mi silla momentos tensos, tratando de frenar los sentimientos y emociones más internos que salían por los poros, recordando en esas dos horas aquellas tres décadas. También sufrí, lloré, me ericé, pensé, reviví, me desarmé y sentí dolor, mucho dolor por las contradicciones y el olvido de muchos.
La escenografía de “10 de Millones” cuenta con una sencilla plataforma donde van pasando consignas y recuerdos de la época y sus realidades.
El elenco lo inicia el excelente veterano Waldo Franco como el autor, tejedor y conductor de los sucesos de la obra, significando varios personajes, siempre brillando, siempre mejor.
Foto: Xavier Carvajal
Caleb Casas se entrega con su profesionalidad a un padre amante, con situaciones límites de contradicciones, dudas, sufrimientos y miedos más allá de lo normal.
Me estreno en el trabajo de Maridelmis Marín, la madre egoísta, ausente, mandona, llena de poder e irreflexiva pero muy orgánica y concluyente en su papel.
Foto: Xavier Carvajal
Y Él, el hijo, el niño, el joven, el adulto que sufre entre dos aguas, con miedos, soledades, incomprensiones, desnudez, inteligencia escondida, vejaciones y ansiedades. Daniel Romero el muchacho que ha calado en la piel de todos los espectadores. Talentoso joven que mantiene una acción desgarrante por sus sufrimientos y el de sus padres, la dureza del texto y la fuerte expresión corporal que trasmite y que llega al público como un arcoiris de pasiones y exaltaciones. Apunta ser un futuro actor de Argos a la altura de sus ya consagrados. Lo recordamos con su gran realización en Martí, el ojo del canario.
La actuación merece un ¡bravo! Ya en el final los despedimos, todavía estremecidos con lágrimas en los ojos, con aplausos y aplausos, ovación tras ovación.
Con la pasión y su evocación en esta función, el director y su compañía están cumpliendo 20 años, los que siempre nos acogen con mucha sencillez, humildad y experiencia en su sede sita en Ayestarán esquina a 20 de Mayo en el municipio Cerro.
El joven y experimentado Argos Teatro, sigue entregándonos Millones.

miércoles, 27 de abril de 2016

Añorado Mandarín


Fotos de José Manuel Correa

Siempre que visito este lugar no puedo evitar la nostalgia en mi memoria. Me transporto en el tiempo a mi infancia cuando mis padres me llevaban a almorzar, al menos una vez al mes. Los platos que no podían faltar en el pedido eran arroz frito, sopa y maripositas chinas.
Ir a La Rampa a almorzar al restaurante Mandarín era para mí y mis hermanos una delicia. Desde mi pequeña estatura admiraba con asombro y rareza la belleza de la decoración del lugar, la pintura del dragón en la pared, las lámparas, el color de las cortinas, todos los detalles alegóricos a lo que su tradición representa.
La elaboración de la comida, al modo de la exquisita cocina tradicional china, incluyendo en las mesas sus aderezos y salsas para emplear según los gustos de cada cual.
Siempre que vuelvo no puedo evitar hacer comparaciones de ahora y de antes… y me digo -que antes era antes y ahora es ahora-, pero me doy cuenta que lo hago para tratar de convencerme a mí misma de algo que no es, de querer justificar lo injustificable, para no manchar ni opacar aquellos lindos recuerdos que no puedo detener, defender la evocación a toda costa contra la mala práctica o chabacanería en el servicio. Cada vez que visito el lugar quiero protegerlo, aún, cuando han pasado más de 50 años y nada allí es como antes.
Volví este último sábado y no pude evitar una mezcla de indignación y de tristeza  al ver cómo se muere a cada instante aquel pedacito asiático que pretende sobrevivir en pleno corazón del Vedado habanero.
Las mesas montadas con servilletas y manteles manchados de grasa. Ninguna mesa tenía angarillas ni saleros-pimenteros.  
No aplican las técnicas de gastronomía, no usan bandejas para poner y retirar el servicio de platos y bebidas. Lo hacen amontonándolos uno encima de otros en la propia mesa y delante del propio comensal.
La vajilla no corresponde con lo que allí se oferta y la calidad y presentación de la comida no es buena.
Solicité la sal y había  un solo salero en el salón, -incluso para salar las ensaladas de estación que salían en los pedidos desde la cocina-, la dependienta retiró el salero de otra mesa para ponerlo en la nuestra. Luego sin pedir permiso, o preguntar si habíamos terminado lo retiró para condimentar una ensalada que servía de un pedido.
Y pregunto, para aliviar mi tristeza, es mucho pedir poner sal en cada mesa?
Y pregunto, para aliviar mi indignación, es mucho pedir que esa joven que se forma ahora, que recién comienza, aplique las técnicas de gastronomía necesarias para trabajar como dependiente y las normas elementales de cortesía como permiso, ya usted terminó, o puedo retirar el servicio?.
Y pregunto, para poder seguir defendiendo y recordando los buenos momentos disfrutados ahí, el capitán no es capaz de controlar y exigir que cada trabajador cumpla con lo que está establecido en gastronomía?
La protección al consumidor incluye la calidad de los productos y servicios. Lo que estamos pagando son precios nada baratos, pero aún así lo más importante es recibir eficacia y atención esmerada.
Tenemos que seguir sufriendo la falta de supervisión por parte de los responsables para que cada consumidor tenga el trato que merece?
 Y sigo preguntando, tendrá que asumir un particular la gerencia del lugar para que funcione bien, a riesgo de cambiar su esencia y tradición?
A riesgo que eso implique que ya no podamos volver nunca más por no poder pagar los altos precios?
Una última pregunta, la calidad y el buen trato en los servicios de comercio y gastronomía implica que el lugar tenga que ser particular y tener precios inalcanzables?
El bloqueo no es solo económico, el bloqueo es también humano, y ese, lo tenemos que resolver nosotros y rápido, antes que acabemos con los recuerdos.
El derecho a perpetuar los buenos momentos, defender lo bien hecho y mantener la memoria viva, es de todos.