lunes, 9 de mayo de 2016

De 20 y de Millones



Foto: Xavier Carvajal
Lo que ocurre en el pasado 
vuelve a ser vivido en la memoria.
        John Dewey  (1929-1968)
        Religioso estadounidense
                
Nunca deja de emocionarme, por más veces que asista o más obras que vea. Nunca deja de sorprenderme, nunca deja de calarme en lo más profundo.
Argos Teatro, el grupo de Carlos Celdrán pasó a ser para mí una adicción desde la primera vez que tuve el privilegio de poder disfrutar una de sus puestas.
Nunca más he podido desprenderme de estar siempre, una vez y otra,  y más… tratando de estar en la fila primera, ahí, donde pueda tocar a los actores, desde donde pueda devolverles la ira, el llanto, el beso, el drama, que siempre comparto con ellos en cada escena.
Allí estaba de nuevo, en la pequeña salita, en la primera fila con las mismas inquietudes, para deleitarme con “10 Millones”, escrita y dirigida por el dramaturgo Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro.
Con pocos diálogos, en una forma muy peculiar de narración, en ocasiones con un solo personaje en escena convirtiéndose en un franco monólogo, se desarrollan los acontecimientos que van transitando desde 1969, víspera de la “Zafra de los 10 Millones” en 1970, los sucesos de la embajada de Perú que dieron lugar a la salida del país por el Mariel en los años 80 hasta las frustraciones, dudas, afectos, soledades, nostalgias y verdades que muchos han sufrido en carne propia.
Foto: Xavier Carvajal
El recuerdo desde su infancia y las vicisitudes transitadas hasta su adultez fueron la inspiración de Celdrán para escribir el guión. Las nuevas generaciones podrán apreciar en su propia piel los recuerdos y situaciones de aquellos años que no conocieron. Es un testimonio digno de análisis, respeto y amor. Yo también viví desde mi silla momentos tensos, tratando de frenar los sentimientos y emociones más internos que salían por los poros, recordando en esas dos horas aquellas tres décadas. También sufrí, lloré, me ericé, pensé, reviví, me desarmé y sentí dolor, mucho dolor por las contradicciones y el olvido de muchos.
La escenografía de “10 de Millones” cuenta con una sencilla plataforma donde van pasando consignas y recuerdos de la época y sus realidades.
El elenco lo inicia el excelente veterano Waldo Franco como el autor, tejedor y conductor de los sucesos de la obra, significando varios personajes, siempre brillando, siempre mejor.
Foto: Xavier Carvajal
Caleb Casas se entrega con su profesionalidad a un padre amante, con situaciones límites de contradicciones, dudas, sufrimientos y miedos más allá de lo normal.
Me estreno en el trabajo de Maridelmis Marín, la madre egoísta, ausente, mandona, llena de poder e irreflexiva pero muy orgánica y concluyente en su papel.
Foto: Xavier Carvajal
Y Él, el hijo, el niño, el joven, el adulto que sufre entre dos aguas, con miedos, soledades, incomprensiones, desnudez, inteligencia escondida, vejaciones y ansiedades. Daniel Romero el muchacho que ha calado en la piel de todos los espectadores. Talentoso joven que mantiene una acción desgarrante por sus sufrimientos y el de sus padres, la dureza del texto y la fuerte expresión corporal que trasmite y que llega al público como un arcoiris de pasiones y exaltaciones. Apunta ser un futuro actor de Argos a la altura de sus ya consagrados. Lo recordamos con su gran realización en Martí, el ojo del canario.
La actuación merece un ¡bravo! Ya en el final los despedimos, todavía estremecidos con lágrimas en los ojos, con aplausos y aplausos, ovación tras ovación.
Con la pasión y su evocación en esta función, el director y su compañía están cumpliendo 20 años, los que siempre nos acogen con mucha sencillez, humildad y experiencia en su sede sita en Ayestarán esquina a 20 de Mayo en el municipio Cerro.
El joven y experimentado Argos Teatro, sigue entregándonos Millones.