viernes, 22 de abril de 2016

Nunca te dije...



Quedaron guardados en mi computadora otros escritos de cuando mi hija Carla escribía, ya no lo hace, no sé por qué. Quizás aquella musa que convivía con ella se haya mudado, quizás le pesen las letras, quizás, sencillamente el deseo vuele inalcanzable.
Lo cierto es que aquí traigo otro mensaje de aquella época en que las letras teñían el papel de sentimientos y sinsabores.


Nunca te dije…
Desde la última vez que te vi, recuerdas, cuando íbamos caminando? quise decirte algo, pero en ese momento ya llegaba a la esquina donde terminaban mis pasos, y tú, seguías los tuyos por tu camino. Quería gritártelo luego; pero estaba montada sobre ruedas y ya te veía muy lejos. Cuando volví a verte, después de algún tiempo, quise sujetarte la mano; que pena!, ya llegaba el ómnibus en ese momento y subías, solo corrió el aire caliente de esta Habana por mis dedos. Esa vez que te vi, tenías la mirada triste, y yo, yo quería ser alegría para abrazarte y hacerte sentir mejor, poner color a tu risa y luz a tus ojos. Volví a verte, y tenías algo que contarme… Me alegraba que confiaras en mí, al menos, ser alguien con quien compartirías tus historias, pero… yo moría por decirte lo mucho que te amaba.
Hace algún tiempo que no nos vemos, y deseo tanto tocarte y escucharte!…es que también extraño tu voz. Hace mucho que no hablamos, debes tener una nueva confidente, alguien que escuche día a día cómo te va el trabajo, qué comiste hoy o cuánto sudaste por la tarde, pero, quién te mirará a los ojos y se fijará lo perfecta que es tu barba?.
Es posible que tenga la fuerza para decirte, lo que yo, aquel día y muchos otros días, no te pude decir, y quién sabe, si ella pueda aferrarse a tus labios y colgarse de tus brazos. 
Y quizás le des esa oportunidad que tanto yo imaginé tener, y quizás ella consiga lo que no te gusta hacer, y nunca hiciste.
Tocaste sus pies?