miércoles, 21 de noviembre de 2018

El muro que corona a La Habana



“Acabo de cumplir 50 años de mi trabajo, de los cuales he dedicado 25, solo, dentro de las prioridades, a tratar de preservar esa sonrisa de La Habana que es el Malecón. Me ha dolido que el mar, que tanto amo, haya dañado irreversiblemente el Malecón…” 
-       Eusebio Leal Spengler
Quién no lo ha visitado o guardado bellos recuerdos del Malecón habanero, quién no goza con un paseo por la avenida más popular de La Habana?
Tengo absoluta seguridad que es uno de los lugares preferidos por los cubanos y turistas, y que muchos disfrutan allí de una puesta de sol o de un día de pesca. Otros, encuentran espacio para enamorar, tomar aire fresco en las noches de verano, pasear en familia o simplemente descansar en ese larguísimo asiento. Durante los meses de julio y agosto, sus calles se convierten en una fiesta popular de costumbres y tradiciones con el Carnaval, espectáculo lleno de colorido que con sus bailes, músicas y carrozas adornan el entorno.
El primer nombre que recibió el Malecón habanero fue el de Avenida del Golfo. La historia de este inmenso muro de concreto se inició en el año 1819 cuando la ciudad crecía y se puso en práctica el llamado “ensanche de extramuros”. El espacio entre la Bahía de la Habana y hasta el Torreón de San Lázaro era un lugar rocoso abierto al mar donde algunas familias iban a bañarse. Desde donde se encuentra hoy el Parque Maceo y hasta el Río Almendares, por el litoral, estaba lleno de arrecifes y un monte tan impenetrable que las autoridades españolas le llamaban “Monte Vedado” considerándolo una gran muralla natural protectora de ataques por la zona.
En un proyecto sobre el litoral habanero encargaron a Francisco de Albear, gran ingeniero cubano, que concibió una obra compleja, más allá de un simple paseo. Esta idea costaría 850 mil pesos, y el gobierno español no se decidió a colaborar con la administración de La Habana y la idea de Albear no se concretó. Al final la construcción del malecón se fue realizando por tramos y comenzó a gestarse en 1901 desde el Castillo de la Punta y en 1902 había llegado hasta la esquina de la calle Crespo, construyéndose 500 metros.
Continuó realizándose por diferentes gobiernos y en 1909 llegó el tramo hasta la calle Belascoaín. En 1916 se llevó hasta el Torreón de San Lázaro, en 1919 azotó a La Habana un ciclón y el mar levantó trozos de hormigón de ese tramo hacia tierra adentro que ocasionaron grandes destrozos. En 1921 se construyó el tramo desde el Torreón hasta la calle 23. El trecho entre la Calle 23 y la calle O fue terminado en 1923. La prolongación del Malecón hacia el oeste se realizó en 1930 hasta la calle G y alrededor de 1955 se continuó hasta la calle Paseo. En 1959 se continuó el malecón para enlazarlo con el túnel de Calzada y después con la Quinta Avenida. El largo muro tiene una extensión de ocho kilómetros por la costa norte de la capital.
Cada una de estas prolongaciones realizadas por los gobiernos que administraban en cada época llevaban cambios con fabulosos proyectos, que al final, terminaron dilatándose por tres décadas en la construcción del  muro que alguien lo definió como el “banco más largo del mundo”.
Esta Avenida también cuenta con esculturas erigidas a próceres de nuestra independencia como Antonio Maceo y Calixto García, el monumento a la voladura del Maine, o el monumento a los estudiantes de Medicina fusilados en 1871, y más recientemente la Tribuna Abierta Antiimperialista con la estatua de José Martí.
Foto: Agencia Cubana de Noticias
Desde lugares cercanos, como el Hotel Nacional, donde aún se encuentran los cañones, se defendió La Habana durante la colonia española, y más reciente, esa gran avenida devino protagonista de las Marchas del Pueblo Combatiente en defensa de los ataques del gobierno de EE.UU. contra nuestro pueblo.
Hoy ha sido también objeto de uno de los proyectos de rehabilitación más importantes dirigidos por la Oficina del Historiador que cuenta ya con numerosas edificaciones y espacios recuperados.
El Malecón es otro de los lugares distintivos de La Habana, que estará cumpliendo sus 500 años el próximo 2019. 
Un lugar maravilloso para citas y encuentros. Un muro entre el mar azul profundo que rodea nuestra Isla. Un muro frente a las antiguas edificaciones con la belleza de sus columnas y adornos, que también son parte fundamental de su riqueza arquitectónica.
Si visitas a La Habana y deseas deleitarte con una atractiva belleza natural, y quieres conocer parte del legado urbanístico, arquitectónico, de autenticidad y cubanía, entonces constituye un recorrido obligado por este mágico lugar.


 










Foto: José M. Correa
Foto: Agencia Cubana de Noticias

Foto: José M. Correa