Niños dibujando |
“Hoy en mi jornada de trabajo estaba, como siempre, motivando a los niños en mi
primera clase para montar una obra de teatro, mi elección para los niños de 3er
grado fue El Camarón Encantado.
Cuando estaba repartiendo los personajes me doy cuenta que una niña no
había dado su nombre para participar… pero, por qué no querrá participar??...y
me doy cuenta de algo...era la única niña que no tenia pañoleta puesta, una
testigo de Jehová, pensé. Que tristeza me dio tenerla fuera del grupo de mis
niños actores, le pregunté: Y por qué no puedes participar?...los otros niños
me respondieron a coro: - porque es cristiana!!...claro, ellos no distinguen
bien eso de la religión, y ella dijo: - cristiana?. Le pregunté directamente y
me respondió tristemente y poco orgullosa: - porque soy testigo de Jehová...me
quedé sin palabras y le propuse preguntarle a su mamá si podía participar en
actividades culturales.
Mis respetos a todo tipo de religión, pero qué manera de limitar a esta
niña de 7 años...que en su rostro solo le queda observar a sus compañeritos...
Leo este
comentario escrito en Facebook por mi hija, que imparte clases en una escuela primaria como instructora de arte en la
especialidad de teatro.
Al concluir
la lectura me he sentido doblemente afligida al saber que una joven con solo 25
años como toda una buena profesora y una buena persona que es, siente la
tristeza de saber que uno de sus alumnos tiene un impedimento para realizar algunas
actividades.
Las
religiones no son mi fuerte, quiero decir, tanto en el sentido de practicarlas
como de comprenderlas o conocerlas, pero después de saber esta historia, hago
un aparte y un esfuerzo en esta, más si se trata de niños implicados en el tema.
Los Testigos
de Jehová es una confesión religiosa cristiana con creencias heterodoxas
distintas a las vertientes principales de la cristiandad.
Se consideran a sí mismos una restitución del cristianismo primitivo, poniendo un énfasis
especial en santificar el nombre de Jehová.
Aseguran adorar a un único Dios: Jehová. Predican activamente sus creencias que
realizan de casa en casa y en cualquier momento.
Suelen limitar su contacto social con
personas no pertenecientes a su religión. Su principal esfuerzo ideológico es
eliminar de sus creencias las enseñanzas que interpretan como contrarias a la Biblia.
Rechazan el bautismo de infantes porque opinan que un infante no puede
decidir de manera voluntaria y consciente escoger a Jehová como único Dios y
obedecerlo. Rechazan los movimientos ecuménicos
o uniones de fe con otras religiones.
Se oponen también a cualquier festividad
que entiendan sea de origen pagano. (Navidad,
Pascua Florida, cumpleaños, etc.)
Rechazan la adoración a símbolos nacionales
(Himnos, banderas,
escudos etc.). Limitan su interacción social con los no testigos y con aquellos que están
"alejados de Jehová y no lo aman".
Su posición religiosa en cuanto a la objeción de conciencia al
servicio militar, su negativa al saludo a los símbolos patrióticos y los
desafíos legales les ha ocasionado conflictos con algunos gobiernos, siendo
perseguidos y prohibidas o restringidas sus actividades.
Otro asunto por el que se han visto
envueltos en polémicas es su rechazo absoluto a las transfusiones
de sangre
completa y de sus componentes principales o hemoderivados, incluso si los
médicos los consideren imprescindibles para salvar sus vidas.
Ahora me pregunto, qué sabrá esa niña con
solo 8 años sobre Jehová y la responsabilidad y dedicación que debe tener con
la religión.
Edad escolar |
En el libro “La personalidad, su diagnóstico y su
desarrollo. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2004, se plantea:
La edad escolar en la primaria comprende los niños entre los 6 y
10-12 años. La primera infancia es significativa a los
fines del desarrollo, porque es el período de formación de los mecanismos
psicológicos de la personalidad. Es quizás el momento de la vida del ser humano
en el cual la estimulación, la educación, es capaz de ejercer la acción más
determinante sobre el desarrollo. En este
período, la incorporación al centro escolar es de gran importancia para el
desarrollo del niño y marca una nueva situación social, por lo tanto, el
estudio y aprendizaje se convierte en la actividad más importante para el
desarrollo de la personalidad en esta etapa. El juego sigue siendo también importante en esta
edad, así como otras actividades deportivas, culturales y recreativas que se
realizan en esta etapa.
A partir del segundo y tercer grados se amplían las normas y
exigencias grupales. El niño comienza a darle importancia a la opinión y
aceptación del grupo, lo que influye de modo significativo en el desarrollo de
su autoconciencia y autovaloración.
Aunque el papel del maestro es importante en esta etapa de la vida
del escolar, la familia y en especial los padres tienen un rol decisivo en el
desarrollo de la personalidad del niño.
Lo alcanzado en este período sienta las bases para el posterior
desarrollo de una personalidad madura.
Juegos de participación en grupo |
Conozco familias,
amigos, colegas que practican la fe en cualquier religión, y los respeto,
porque me educaron en aceptar el derecho ajeno a escoger, en este caso, su
preferencia religiosa.
Actuando con mi
más modesta opinión creo que los adultos deben pensar y volver a pensar sobre
las limitaciones obligadas que les exigen a los pequeños que no saben, ni
tienen la capacidad por su corta edad, de poder entender el por qué de sus
diferencias con los demás niños de su grupo. Les sugiero que valoren y vuelvan
a valorar el daño que pueden estar haciéndoles en el desarrollo de la
personalidad y cómo se deben sentir aislándose sin poder ejercer los juegos
participativos y de enseñanzas propios de su edad y junto con sus propios
compañeritos de aula. Cómo se deben sentir y sin entender ni tener una
explicación, cuando no pueden ejercer sus motivaciones del aprendizaje y la
educación que ayudan al desarrollo de la voluntad, de las emociones y del
carácter en el niño.
Los instructores de arte imparten talleres y juegos de participación |
En los objetivos
del trabajo de los instructores de arte en las escuelas, además de la enseñanza-aprendizaje comprende también que sea beneficioso
para ayudar en la socialización de los niños, transmitir valores, motivar el ejercicio del pensamiento y mejorar la concentración.
Este ejemplo -que no es único- de fe religiosa en los niños, llena de tristeza y
dolor a los profesores e instructores de arte, a todos los educadores, que de una forma u otra aportan su grano de arena en la formación de ciudadanos para un futuro mejor.
En el rescate de
los valores de nuestra sociedad cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad y la obligación
en estos casos de ayudar a educar, hacer comprender y sensibilizar el compromiso
que tienen, que asumimos todos a construir mujeres y hombres dignos, una
sociedad más diversa y respetuosa y un mundo mejor, un mundo superior.
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