sábado, 29 de diciembre de 2018

Distinguida fortaleza seduce con su historia




Volver al Nacional, emblema de la hostelería cubana, supone un privilegio para los huéspedes y un íntimo deseo de todos…
-       Eusebio Leal Spengler


  De muy joven solía visitarlo. Vivía a solo unos metros del Vedado, por lo que, generalmente, frecuentaba los lugares que se encontraban en el perímetro. Recuerdo con mucho agrado, cuando en su acogedora y amplia terraza, saboreaba un buen café, un refresco o un rico coctel. Las veces que disfruté de la piscina, del restaurante, de sus lindos jardines, o en las noches, de su elegante cabaret Parisién.
Volví a frecuentarlo unos años después, con mis hijos. Carla cumplía 15 años y Eduardo, ya fotógrafo, le haría las fotos quinceañeras en ese hermoso lugar. Y todavía, en ocasiones, para asistir al encuentro de un amigo o de alguna actividad relacionada con el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
Foto: Alberto Borrego
Lo cierto es, que en cualquiera de los momentos que he acudido, ha estado colmado de turistas o de personalidades, reafirmando de esta manera, ser el hotel insigne del turismo en Cuba. Símbolo de cubanía y tradición, e igualmente distintivo de La Habana.

El Hotel Nacional de Cuba fue fundado el día 30 de diciembre del año 1930, está ubicado en el centro del Vedado, Municipio Plaza de la Revolución, La Habana, frente al Malecón habanero.
La cena del día de la inauguración fue a las 9 y 30 de la noche, y como dato curioso no había negros entre los empleados, lo cual muestra el nivel de discriminación en esa época.
El menú degustado esa noche consistió en: Cocktail Presidente, Cestico de frutas cubanas, Filete de pargo Souté Brethone, Pechuga de pavito asada, Habas de lima, Boniatos confitados, Ensalada mixta, Pastel de manzana a la moda, Café, Sautemes y Tabacos.
Su vistoso diseño arquitectónico es de estilo ecléctico, Art Decó y morisca y muestra lo Neoclásico y Neocolonial, con detalles californianos de siglos atrás. La belleza de sus pisos, techos y todo el ambiente del inmueble, lo hizo acreedor del 2do. Premio en el Salón Internacional de Arquitectura e Ingeniería en el año 1994 y Premio de Arquitectura e Ingeniería de la Ciudad, en la categoría de Rehabilitación en el 1998.

La zona donde está asentado se le llamó, en el período colonial, Monte Vedado, pues el Gobierno español prohibía que se abriesen caminos hacia la playa. Uno de sus salones hoy lleva el nombre de “Sala Vedado”. Su cimentación se realizó sobre la Loma de Taganana, nombre con que se conoció la cueva que está debajo, y con el que así se bautizó otro de sus locales: el salón Taganana.
Su edificación constituyó una estrategia para defender militarmente a La Habana de corsarios y piratas, posteriormente del ataque que sufrió en 1933 con el atrincheramiento de los oficiales del Ejército del presidente Gerardo Machado, y más adelante la conocida Crisis de los Misiles, de octubre de 1962. Construcciones de protección y defensa, torreones, refugios y el emplazamiento de la Batería de Santa Clara, ocupan los jardines de la institución, y que junto a La Habana Vieja, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982. De esta técnica defensiva actualmente se exhiben en el jardín dos cañones: el “Krupp” y el "Ordóñez", siendo este último el más grande del mundo en su época.

Esta majestuosa entidad es Monumento Nacional desde el 4 de mayo de 1998, reconociendo así, oficialmente, su valor artístico e histórico.  En 1996, recibió en París el Trofeo de Oro Europa a la Calidad, que le entregó el Club Office de España. En el 2001 se le concedió la categoría de Hotel Museo y ese mismo año le fue otorgada la Bandera de la Ciudad y la Giraldilla, el más alto galardón que confiere La Habana.
 El Nacional es un clásico del sector turístico, y así lo certifica la entrega anual, desde el 2004, del Premio que lo acredita Hotel líder de Cuba, por World Travel Awards y Premio por la Excelencia 2010, conferido por la agencia de viajes Thomas Cook. Considerado, además, uno de los 25 Hoteles Palacios del Mundo. Con salas, jardines y más de 100 composiciones patrimoniales que incluyen pinturas, relojes, porcelanas, muebles, lámparas, mármoles y otros, que distinguen los años 30, 40 y 50.
En el 2010, el 29 de junio, fue inscrito en el Registro Memoria del Mundo, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Este programa fue creado para preservar y reconocer todas las obras y colecciones del patrimonio documental mundial con un valor excepcional, y por primera vez se le confirió a un hotel.

Auténtico testigo de la estancia de figuras de la política, del comercio y los negocios, la ciencia, el deporte, las artes y la cultura, que con sus visitas han prestigiado su liderazgo dentro del grupo hotelero Gran Caribe. 
Celebridades de la altura de Winston Churchill, primer ministro británico, el embajador ruso Macin Litvinov y la Primera Dama francesa Daniela Miterrand. Alexander Flemming, reconocido científico descubridor de la penicilina. Los escritores Rómulo Gallegos, Ernest Hemingway, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
Jefes de Estado entre los que se encuentran los presidentes chinos Hu Jintao, Jiang Zemin y Xi Jinping; Evo Morales, de Bolivia; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Hugo Chávez, de Venezuela; Cristina Fernández, de Argentina; Rafael Correa, de Ecuador; Michelle Bachelet, de Chile; Leonel Fernández, de República Dominicana; y el expresidente norteamericano James Carter.
De la gran lista de artistas, por citar a algunos: Frank Sinatra, Ava Gardner, Johnny Weismuller, María Félix, Jorge Negrete, Marlon Brandon, Rita Hayworth, Mario Moreno (Cantinflas), Errol Flynn, Agustín Lara, Nat King Cole, Robert Redford, Michael Keaton, Danny Glober, Robert de Niro, Johnny Depp. Los directores de cine Steven Spielberg, Oliver Stone, Francis
Ford Coppola, Roman Polanski.
En el deporte, el pentacampeón olímpico de natación Johnny Weissmuller y los peloteros de Grandes Ligas Stan Musial, Micky Mantle o Hank Aaron, el boxeador Rocky Marciano y el triple monarca de los pesos completos, Muhammad Alí.
Mafiosos de la talla de Meyer Lansky y Lucky Luciano. Modelos y diseñadores de moda como Naomi Campbell, Paris Hilton y Pierre Cardin. El cosmonauta ruso Yuri Gagarin, el cantante Michel Legrand y el Premio Nobel de Química, Peter Agre.
De la realeza; el Barón Thyssen Stephen Boonemiza, quien vivió junto a su familia en el hotel desde 1947 hasta 1957, Carlos II de Rumanía, Leopoldo III de Bélgica, el duque de Windsor o Eduardo VIII, Príncipe de Gales y el millonario Nelson Rockefeller Jr.
Asimismo constituyó un refugio a españoles que huían de Franco, a antifascistas franceses y a la célula clandestina de la lucha revolucionaria en los 50. Del mismo modo, en los primeros años de la Revolución fueron hospedadas las alumnas de la Escuela para Campesinas de Montaña Ana Betancourt, que vinieron a La Habana a estudiar corte y costura y a los primeros maestros voluntarios de la Campaña de Alfabetización.

El Hotel contó en innumerables ocasiones con la asistencia del guía histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, y de quién diría Antonio Martínez, director del Hotel. “…cada vez que venía, la edificación se llenaba de una energía revitalizante, que sentía desde el primero de los huéspedes hasta el último de los trabajadores. Su presencia se extrañaba cuando se iba. 
En cierta ocasión decidimos exhibir los registros gráficos de esos acontecimientos y la aceptación y el interés del público por la muestra hizo que se quedara expuesta de forma permanente”. “Lo mismo pasó con un cuadro suyo que colocamos en el lobby y que sin preverlo se convirtió en una especie de sitial en el que todo el que pasa se detiene”.
Es un orgullo y un privilegio para los habaneros y cubanos todos, contar con este “castillo encantado”, como lo denominara el célebre escritor, Alejo Carpentier.

Bar Vista al Golfo o Salón de la Fama
Durante años ha mantenido la perfección en los servicios, la eficacia y las actividades características en los diferentes espacios que atesoran su historia. La piscina, sus jardines, sus bares, el Bar Vista al Golfo, también conocido por el Salón de la Fama, el Salón Taganana, habilitado para las conferencias de prensa, con servicio de internet y traducción e interpretación.
Acoge y atiende eventos nacionales e internacionales, conciertos musicales,  presentaciones de libros, exposiciones fotográficas y convenciones de Hombres de negocios. Ejemplo entre muchos está la Conferencia Mundial de Operadores de Transporte Aéreo, que tuvo lugar en 1945, cuando la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) adopta su nombre definitivo. O cuando en cada diciembre se convierte en la sede social más importante del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, un hecho muy especial y esperado por todos.
El Cabaret Parisién, centro nocturno de la instalación, contó en su inicio con una de las mayores atracciones: el órgano acuático o aguas danzantes,  que contemplaba elevaciones de chorros de agua al compás de las notas musicales de un órgano. Luego se incorporaron los cuadros de bailarines que parecían estatuas dentro de la fuente danzaría. Entre las voces que dignificaron  las noches en este cabaret están las de Vic Damone, Nat King Cole, René Cabel, Esther Borja, el cuarteto Los Modernistas, Yma Sumac, Las D’Aida, la Orquesta Aragón, la Orquesta Jorrín, Compay Segundo, Pello el Afrokán  y Alberto Herrero. Amenizaron las noches cubanas producciones como “El fantasma se divierte” dirigida por Amaury Pérez y la figura principal de Mario Martínez Casado.

Los que visitan este hotel cinco estrellas cuentan con una sorprendente vista de La Habana. Así como con un sitio perfecto para disfrutar de la hermosura de una puesta de sol en el malecón. La calidad de los servicios, la profesionalidad de sus trabajadores, su lujo y elegancia, es una constancia. Con sus 88 años, el emblemático guía de la industria hotelera, cuida, en su diario quehacer, el respeto, la eficacia y el tesón, lo que lo mantiene acreedor de ser ilustre por distinción.

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