Siempre, antes de
llegar al teatro me sobrecoge un estado de impaciencia. Sea por la
incertidumbre del impacto que logrará en mí, o por los deseos reprimidos desde
la última vez que asistí. Soy de las que le gusta el teatro, sea cual sea, aunque también tengo mis preferencias.
Supe de la puesta
en escena de la obra “Vagina”, en
versión y dirección del premiado actor y humorista Osvaldo Doimeadiós.
La versión recrea
la sociedad actual y habla de los tabúes que ha tenido que enfrentar la mujer,
basado en el famoso texto “Los monólogos de la vagina”, escrito en 1996 por la feminista
estadounidense
Eve Ensler
y que fue traducido en 45 idiomas y representado en más de 120 países.
En una magistral
actuación, Monse Duany, Yordanka Ariosa y Linnett Hernández, las tres actrices
negras cubanas hacen gala de su poder de interacción con el público.
Nos hacen reír
continuamente ante situaciones y problemáticas muy serias que padecen todas las
mujeres del planeta.
Cuentan historias
íntimas, vejaciones, frustraciones, dolor… silencios.
Con un guión
desinhibido y fresco, ritmos y coreografía humorística, ponen en su lugar las historias de las vaginas.
El discurso de las
tres actrices logra, durante todo el tiempo que dura la obra, mantener al
público en constante divertimento y carcajadas.
En un acto de
liberación colocan en alto las banderas en la lucha contra la violencia tanto
doméstica como social hacia todas las mujeres y niñas del mundo.
En el Café del
Teatro Bertolt Brecht desde que llega se percibe humor, carisma e inteligencia
en las actuaciones, y un lenguaje salido del silencio sobre temas prohibidos que aún perduran.
Con la obra "Vagina", parte del proyecto "Mujeres fuente de creación" de la destacada actriz Monse Duany, todos logramos reir... muy seriamente.
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