miércoles, 13 de marzo de 2019

Luz en la oscuridad


Foto: Eduardo Mujica

“La esencia no es ver sino observar, pero la sociedad está apabullada por el exceso de tecnología que les termina anulando”. –Eladio Reyes

Hace unos meses estaba recogiendo en una gaveta y me encontré una entrevista con una foto que hiciera mi hijo Eduardo, y me atrapó la carga emocional que me dejaba su lectura.
Indagué sobre este hombre que no conocía y que nunca había leído ni sabido de su vida, a pesar de que nos unía el barrio donde se había criado y desarrollado, y la profesión que ejercía, ya que me rodeaba de fotógrafos. 
He querido salvar la entrevista homenajeándolo en su 63 cumpleaños,  y mostrarles su grandeza, entereza y el tesón de cómo vivió, y aunque no se encuentre físicamente entre nosotros, descubrir la belleza que todavía queda en la magia de sus ojos.
Eladio Reyes Arias, dramaturgo, fotógrafo y pintor nació el 12 de marzo de 1956 en La Habana y falleció en febrero de 2009. A los pocos años sus padres lo llevan a vivir a un pueblo llamado San José de los Ramos, perteneciente al municipio Colón de la provincia de Matanzas. Allí pasó parte de su infancia la que dedicó a estudiar y practicar deportes.
Perdió la visión en su adolescencia debido a un golpe recibido jugando al fútbol. Desde entonces fue muy triste para él no poder continuar practicando deportes y esta discapacidad lo lleva a encontrar otros caminos que encuentra en el arte. Comienza a trabajar con grupo de actores en el teatro y con sus otros sentidos va creando imágenes que lo llevan a la fotografía.
Cuando llega desde Matanzas a su nueva casa en La Habana dijo: cuando llegué por primera vez a Espada 411, al centro de La Habana, todo me era diferente. La puerta de la casa, no era la puerta. Se me hacía una corriente fría. La ventana la sentía como un cuadro vacío, donde se agudizaban todos los sonidos que había en el exterior. Me fue bastante difícil,  pero me dije, “Eladio esta es una nueva vida, hay que echar pa’lante.”

Foto: Iskra
Es un hombre muy optimista y continúa hasta que se gradúa en 1989 en el Instituto Superior de Arte (ISA) en Artes Escénicas, en la especialidad de Dramaturgia y Teatrología. Para los exámenes montaba en los autobuses y pedía a los viajeros que le leyeran algunas páginas.  El día que se iba a examinar para su graduación les pusieron una película al grupo de alumnos y sobre esto refiere: “apliqué el sistema de captar la esencia en un tercer nivel de lectura, o sea, por la exclamación de los espectadores fui sacando las conclusiones de lo que nos habían rodado”.
Ejerció como profesor de teatro y fue autor de varios documentales. Más adelante decidió dedicarse a la fotografía como vínculo entre el teatro y el cine. Según contaba compró una vieja cámara soviética por cinco pesos y comenzó a fotografiar a la gente de su pueblo en San José de los Ramos. Estando en la Escuela de Cine, relata, que su profesor Pedro Pérez Portales le enseñó los conceptos técnicos sobre diafragma, velocidad y foco; pero todo lo demás “surge a partir de cada uno, de la sensibilidad y el talento”.
A la pregunta de cómo tomaba las fotografías, responde: El tacto es el sentido esencial del hombre para ejecutar cualquier acción. Un día iba caminando por una acera y siento a mi derecha unos niños jugando. Me detengo y con el bastón empiezo a palpar el lugar, entro en un vacío siguiendo la emoción de los pequeños retozando, por las voces calculo que los tenía como a tres metros. Puse el lente a la distancia que calculé, la velocidad apropiada y apreté el obturador”. “Además pienso que para hacer fotos hay que tener un ojo para ver y otro para captar”. 


Mostrando sus obras a un colega durante el
Primer Encuentro Iberoamericano de Fotografía   
de Prensa La Habana Cuba Abril 2003
Foto: Enrique Villaseñor
Además de aprender la técnica Eladio tenía mucha intuición y como él mismo decía “las personas que tienen cinco sentidos utilizan uno, mientras que quien dispone de cuatro, emplea los cuatro”.
Sabe de cuánta luz hay y por dónde llega por el calor que siente en su piel. Medía las distancias con su bastón y preguntaba a quien estuviera con él detalles sobre el paisaje, la altura de los árboles y edificios, y así decidía dónde situar la cámara para tomar la instantánea.  Aseguraba que había tres tipos de fotografías; la que imaginas, la que la cámara registra y la que está procesando la mente.
Le cuenta al fotorreportero una anécdota que recuerda con mucho cariño: Yo estaba en un taller de fotografía en la escuela Internacional de Cine Radio y Televisión de San Antonio de los Baños, el programa incluía una visita a la casa de Raúl Corrales, uno de los fotógrafos más grandes que tiene nuestro país. Fuimos quince personas aproximadamente. Yo me aparto a unos metros del grupo que estaba conversando. Empiezo a disparar la cámara y corrales dice”; “Esos fotógrafos que hay ahora, que cogen la camarita y juegan con ella”. “Sabía que era conmigo, pero seguí tomando fotos. Al final cuando nos presentan, le dicen que yo era ciego. Entonces me abrazó con pena y me invitó a volver a su casa”.
Presentó exposiciones personales e impartió cursos y talleres de fotografía a ciegos y a videntes, en Cuba y en el exterior. Obtuvo varios premios con los grupos de teatro Grafito de Hierro, Cuellar y Grafito y Entraña. En Matanzas, dos premios en crítica, poesía, exposiciones de fotografías en la Quinta de los Molinos y en la Escuela Internacional de Cine, Radio y Televisión de San Antonio de los Baños.
Foto tomada por Eladio
 Se convierte en un gran profesional, su oído, su tacto, su creatividad y su complot con la cámara y el lente le permiten captar las imágenes tanto del mundo exterior como las del alma interior, de tal manera que mantiene la misma calidad que cualquier fotógrafo vidente. Lo demostraba cuando decía, a modo de filosofar sobre su trabajo personal que: “Palpar vale más que tocar, saborear más que gustar, escuchar más que oír y meditar más que pensar".
Se define “como un artista, no como una curiosidad”, ante quienes creen que ser invidente y fotógrafo supone una contradicción. Sin embargo, era muy creativo y simpático pues en su tarjeta de presentación rezaba: Licenciado Eladio Reyes, dramaturgo, fotógrafo, pintor y ciego cubano.

Elsa Medina, fotógrafa y Eladio en México, 2006
Eladio Reyes fue un gran ser humano, ejemplo de superación en todos los aspectos, especialmente para aquellos que sufren discapacidades, por eso, cuando supe de su existencia me di a la tarea de escribir sobre su vida para dignificarlo, y transmitirles a las nuevas generaciones su tenacidad, su conocimiento, su humildad, su enseñanza, su grandeza y el amor que se debe tener por todo lo que se hace.
Las imágenes capturadas con su sensibilidad, su inteligencia, y su creatividad nos aleccionó que existen muchas y diferentes formas de comunicación. Y que en la vida, siempre hay “Luz en la oscuridad”.



Foto: Enrique Villaseñor
Foto: Enrique Villaseñor














jueves, 7 de marzo de 2019

Santiago Álvarez: creador del Noticiero ICAIC y maestro del documental



“Santiago Álvarez fue una joya para nosotros. Cuando empezamos (en el ICAIC) no sabía de cine, pero tenía una pasión enloquecida por el cine. Y lo más interesante para mí de su personalidad cinematográfica fue que no respetó ninguna regla y su desenfado permitió la ruptura de los moldes. ¿Y qué es ser revolucionario sino romper los moldes?”
Alfredo Guevara

Siempre amé el cine, aún lo amo. Desde muy joven asistía a estas instalaciones para disfrutar de los estrenos en la capital, y recuerdo siempre con mucha nostalgia los documentales y noticieros que proyectaban cada semana junto a la película que se inauguraba.
 Guardo en mi memoria aquellos momentos en que todo el público presente en las salas de los cines se ponían de pie, aplaudía y gritaba de apoyo al mensaje y a la manera de contar la noticia en cada noticiero y documental exhibidos. Lo he añorado en las ediciones del Festival de Cine Latinoamericano y en los estrenos cinematográficos.
Artífice de estas grandes joyas fue el cineasta, Santiago Álvarez y que, modestamente, quiero homenajear en el centenario de su natalicio.

Maestro del cine cubano y figura destacada a nivel internacional, nació el 8 de marzo de 1919 en La Habana y murió El 20 de mayo de 1998, a los 59 años de edad. A los catorce intentó aprender el oficio de cajista y de linotipista en una imprenta. A los diecinueve marchó a Estados Unidos y según él mismo dijo: "fui minero, fregador de platos, corrector de pruebas, pulidor de metales y por último –antes de que intentaran reclutarme para el ejército norteamericano, vendedor de ropa interior de mujeres. Y regresé a Cuba en 1941."
Cuando triunfa la Revolución y se crea el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Santiago tenía 40 años de edad, y sin saber nada de cine funda y dirige por más de 20 años el Noticiero ICAIC Latinoamericano, informativo fílmico semanal creado en 1960 con el objetivo de mostrar al mundo la verdad de Cuba y América Latina, y considerado por la UNESCO Memoria de la Humanidad.
Se destacó en su función por la presencia activa del periodismo, reflejando importantes sucesos históricos, y el uso del montaje y de la banda sonora como parte sólida de la trama.
Ejemplo de periodismo cabal, comprometido con su tiempo y con su público, responsable e incisivo, crítico y solidario. 

El Noticiero ICAIC Latinoamericano contaba cada año con centenar de salidas al aire, con capítulos distintos de las memorias y andar cotidiano del país. Convirtiéndose en grandes reportajes o principios de documentales. Fue la forja de graduación para la mayor parte de los cineastas cubanos, quienes nos legaron importantes obras de ese género antes de incursionar en la ficción y que son hoy talentosos directores de cine como Fernando Pérez, Daniel Díaz Torres, Rolando Díaz, Manuel Octavio Gómez, Humberto Solás, Orlando Rojas, Octavio Cortázar, Pastor Vega, Manuel Herrera, Enrique Pineda Barnet y José Padrón, entre otros.
 Los dos primeros documentales de su filmografía fueron codirigidos: Escambray (1961), junto a Jorge Fraga, y Muerte al invasor (1961), con Tomás Gutiérrez Alea.
Él mismo queda sorprendido cuando comienza a hacer cine y realiza su primer noticiero dedicado a Benny Moré cuando muere. Según expresó en aquel momento: “Ahí veo por primera vez el traslado de mis sentimientos al cine. Veo el lenguaje del cine sirviendo para expresarme. Veo mi emotividad reflejada."
Ya en 1963 con su documental Ciclón (1963), demostró su gran sensibilidad humana. Esta obra recibió una docena de premios internacionales colocando al cine cubano en el pedestal mundial.
Siempre defendió la importancia del periodismo en el cine para poder enriquecer el documental con el conocimiento de la noticia veraz de cada suceso.
Recibió más de 80 primeros premios en festivales internacionales y concursos nacionales. Dirigió más de 700 películas y supervisó la producción de cerca de 1 500 noticieros cinematográficos semanales.
Fue nombrado miembro de la Academia de Artes de la República Democrática Alemana y maestro perenne de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Fue asesor del Ministro de Cultura, Presidente de la Federación Nacional de Cine - Clubes y hasta 1986, fue miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Obtuvo los títulos de: Gran Brujo de los Andes y Cronista del Tercer Mundo.
Obtuvo incontables premios y reconocimientos nacionales e internacionales tanto personales como a su destacada obra. Por solo citar algunos obtuvo la Orden Félix Varela, la más alta distinción cultural cubana, Orden Félix Elmuza, la más alta distinción de la Unión de Periodistas de Cuba, Premio Coral Especial al conjunto de su obra en el X Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Paloma de Oro al conjunto de su obra en el Festival de documentales de Leipzig, Premio Nacional de Periodismo José Martí, conferido por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
También su obra fue multipremiada y como ejemplo figuran Muerte al invasor, Ciclón, Now, Cerro Pelado, Hanoi, martes 13, L.B.J, 79 Primaveras, Despegue a las 18:00, El sueño del pongo, Cómo, por qué y para qué se asesina un general, La estampida, Los cuatro puentes, Morir por la Patria es vivir, Abril de Viet Nam en el Año del Gato, Nova Sinfonía, ¿Perdedores?, Noticiero ICAIC Latinoamericano, Concierto Mayor, La Isla de la Música, Para bailar, La Habana, Que suene la Timba.
 En su honor se celebra anualmente, en la ciudad de Santiago de Cuba, el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam.

El documental Now!, realizado en 1965 es considerado por los estudiosos del tema como el antecesor del video clip actual. Su idea surge a partir de una experiencia personal cuando el autor iba en un ómnibus de la Greyhound, en su recorrido de Miami a New York e intentó darle su asiento a una negra con un niño en los brazos, y por su humano gesto fue ofendido por los pasajeros blancos. Además de una obra de arte, Now! es una denuncia y un acto de protesta contra la discriminación y el racismo que aún perdura en Estados Unidos.
Y actuaba en consecuencia con su manera de pensar cuando dijo: “El cine no es solo cuestión de estilos, o formas expresivas, es también un problema ideológico. Sin una consecuente toma de posición frente a estos problemas no habrá jamás una verdadera obra revolucionaria y puesta al servicio de las causas más progresistas de la humanidad”.

El documental histórico Mi hermano Fidel, realizado en 1977 narra el encuentro entre Fidel Castro y Salustiano Leyva, quien a los 11 años había tenido un excepcional encuentro con José Martí en la breve visita que éste hiciera a su casa, hacía más de 82 años, el día en que el héroe cubano desembarcara para liberar a Cuba del yugo español en Playita de Cajobabo, el 11 de abril de 1895.  Fidel y el viejo Salustiano conversan de aquel encuentro y Salustiano hace referencia permanentemente a la continuidad de Martí en la persona de Fidel, pero por su mala visión, no sabe por quién está siendo entrevistado. Es al final de la charla que Fidel recién se hace conocer al centenario anciano y dispone que le hagan unos espejuelos para que pueda ver.
Este documental tiene una inmensa carga emocional desde sus inicios de filmación, ya que se realizó por azar en el último día de rodaje de “La Guerra Necesaria” y sin que el anciano pudiera saber, por su falta de visión, con quién estaba conversando.
Rememorando al gran cineasta encontramos algunas opiniones de amigos y prestigiosos profesionales del séptimo arte:
“Aún no hay nadie que sea más contemporáneo que Santiago Álvarez, él fue un genio del cine documental y es un referente universal”. Clarisse Mantuano, cineasta brasileña.
“… ante todo él fue un humanista, y en ese humanismo radicó el espíritu de su obra” Daniel Diez, periodista y amigo.
“Para mí Santiago era  el hombre símbolo de aquellos noticieros que veía en el cine, muchas veces con humor tiraba la realidad a mi cara. A  veces fui sólo a la sala oscura por ver el noticiero”. Fernando Pérez, cineasta.
“Santiago Álvarez es uno de los cineastas cubanos que en mi opinión ha influido más en las generaciones posteriores a la fundacional del ICAIC. Sus documentales son profundas reflexiones sobre la realidad de la compleja vida en Revolución, así como mismo escudriñó en la realidad internacional. Nos legó obras de altísimo compromiso revolucionario y humano, demostrando su carácter militante y a la vez creativo, como expresión genuina de un artista verdadero y comprometido con su tiempo”.  Waldo Ramírez de la Ribera, cineasta.
“Santiago es el precursor de un tipo de periodismo cinematográfico que hoy con todas las técnicas digitales y los avances parece muy fácil; aun así, muchas veces denota la falta de imaginación y de enjundia periodística que desplegaba él a raudales, y que impregnó en su eficaz equipo de colaboradores”. Frank Padrón, crítico.

En los noticieros y documentales que tanto aplaudí cada semana en los cines, vi reflejado su amor a la verdad y la justicia, su humildad, sensibilidad humana, creatividad  y capacidad transformadora. 
 Logró transmitir al mundo sus mensajes de amor y paz. 
Llegó al universo con la historia bien contada y desde una mirada que revolucionó todas las normas. 
Fue capaz de evolucionar y convertir el género documental en una verdadera enseñanza para sus sucesores. Más que una noticia fría y rutinaria,  le impregnó, al conjunto de su obra, movimiento, sentimiento, testimonio, veracidad, emociones, amor y perpetuidad.
Sería muy provechoso y educativo para todos, especialmente para la nueva generación, incluir en las salas cinematográficas los documentales y el Noticiero Latinoamericano del cineasta Santiago Álvarez, obras que merecen la difusión,  el respeto y los aplausos eternos.