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Definición de payaso: es un tipo de artista que busca divertir al público con
ciertas rutinas humorísticas y a través de su maquillaje y vestuario de
características poco habituales.
Ahora muchos se visten de
payasos, y lo peor, es que creen serlo. No todos logran amenizar y divertir a chicos
y adultos en un cumpleaños, y es que muchas veces, los espectáculos no son idóneos
para los pequeños y no enseñan ni difunden el mensaje necesario.
Ser payaso, es algo más. Y
es que debe tener carisma y características de un niño. Su gracia, su alegría,
su dulzura y ternura, su cariño y sus travesuras.
Cuando veo uno de ellos, es
imposible no recordarlo. Fui su eterna admiradora. Adoraba a ese payaso con
pasión, lo sigo amando en el recuerdo. Era tanto lo que transmitía, que podías
pasar fácilmente de la alegría a la tristeza. No dejaba de ver el espacio de la
pequeña pantalla que dedicaba a los más pequeños de las casas, y es que lograba
ensimismarte con aquella admirable actuación, capaz de llevarte, como un protagonista
más, por las historias que contaba, y sentirlo como un amigo con tus mismas emociones
y la de todos los que lo disfrutábamos.

Este 29 de enero de 2019, distingo
a este espacio para homenajearlo en sus 91 años de nacimiento.
Desde que estudiaba en el bachillerato
comenzó a trabajar en algunas obras de teatro dirigidas por Luis Martínez
Casado, y ya, en la enseñanza superior se incorpora al grupo de Teatro Universitario.
Participó en tareas culturales del Ministerio de Educación como director
artístico y en un grupo de titiriteros que realizaba funciones al aire libre. A
finales de la década del 70 forma parte del grupo Teatro Estudio que dirigía
Raquel Revuelta y en el que estuvo actuando bajo la dirección de Héctor
Quintero.
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Con actores de Alegrías de Sobremesa |
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La Tremenda Corte |
Sus actuaciones radiales son
recordadas en el programa de “La tremenda corte” (1942). Formó parte del elenco
del popular “Alegrías de Sobremesa” donde
encarnó varios papeles que siempre recordamos como es el del niño Adolfito, que
con su sobrada técnica lograba una voz infantil, o el del anciano jocoso
Gervasio
Escobar y Campanario.
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Las Aventuras de Juan Quin Quin |
En el cine logró una
representación notable en la película de Julio García Espinosa, “Las Aventuras de Juan Quin Quín” junto a Julito Martínez. También su voz
figuró en el popular dibujo animado de Juan Padrón, “Elpidio Valdés contra dólar
y cañón” haciendo el doblaje del personaje de “Oliverio”.
En la década de los 50 le da
vida a la figura del payaso en la televisión, el que le va a otorgar una
grandísima popularidad y un sitio destacado en la cultura por su humanismo,
ternura, amor y enseñanza. Por primera vez aparece en una transmisión infantil televisiva
con el nombre de Chiquilín, y poco a
poco fue convirtiéndose en el inmortal Trompoloco.

A diferencia de otros, en
que la verdadera identidad del artista queda
oculta tras el disfraz, Erdwin lo representaba en su propia piel, en su cuerpo y alma, entregando su buena voluntad, disciplina, profesionalismo y valores humanos que siempre lo caracterizaron.
oculta tras el disfraz, Erdwin lo representaba en su propia piel, en su cuerpo y alma, entregando su buena voluntad, disciplina, profesionalismo y valores humanos que siempre lo caracterizaron.
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Dirigió, escribió y actuó en
numerosas emisiones infantiles de la televisión cubana. En 1962, fue el creador
y el director del gustado programa infantil “Amigo y sus amiguitos” y que junto a Nilda Collado, su esposa, y
Consuelito Vidal ponían las voces e interpretaban canciones. En “Yerma”, de
Federico García Lorca, en el espacio de Teatro ICR donde promovían obras de la
literatura universal adaptadas a la pantalla chica.
Así mismo interpretó a
humorísticos como el de Paco, un anciano ferroviario jubilado que lo convirtió
en Presidente de Honor del Comité de Jubilados y Pensionados de la División de
Occidente de Ferrocarriles de Cuba. Además, recibió un carné banda roja que lo
acreditaba como funcionario de alta jerarquía del sector y las Columnas de
plata, distinción que se entregaba a los ferroviarios con más de 25 años de
trabajo.
Trompoloco,
interpretado magistralmente por Erdwin Fernández logró transmitir conmoción y
ternura a través de sus canciones. De “La
muñeca fea” expresó: “esa canción me daba la oportunidad de plantearles a
los niños lo complejo que es la belleza, para concluir que lo bello es lo que
realmente nos hace feliz y que uno debe olvidarse de los cánones establecidos”.
También la pieza “Di por qué”, que se convirtió en un himno infantil en nuestro
país. Ese diálogo musical con la abuela emocionaba a todos.
Esas composiciones
decían mucho del histrionismo y la belleza artística de Erdwin. Creía que la labor de los payasos no es
exclusivamente para hacer reír, para él, además, servía para estimular el
pensamiento y la reflexión y así poder recuperar los valores del hombre, como
la humildad, el altruismo, la generosidad, la cortesía, el respeto y la
honradez.
El
Concurso Nacional de Payasos Erdwin Fernández in memoriam, organizado por el
Círculo de Payasos de Cuba, el Circo Nacional y el Consejo Nacional de las
Artes Escénicas nació como festival en el 2008 en Cienfuegos. Desde el 2010 se estableció
como concurso con el objetivo de conocer los nuevos payasos y el desarrollo de
esta expresión artística en el país, y asimismo rendirle homenaje al gran
maestro del circo en Cuba.

En este
lugar se presentan espectáculos y conciertos artísticos de variados formatos y
ha sido visitada por prestigiosas personalidades como la vedette Rosita Fornés,
Andrés Atayde dueño del circo homónimo mexicano, Anna Gasser directora del
Silver Circus australiano, Yves Sheriff, director de casting del Cirque du
Soleil en Canadá, entre otros.
Se
reinauguró en el 2015 luego de una reparación capital y se le incorporó, por
primera vez en la historia, un sistema de climatización para un mejor confort.
Manifestaciones
de algunos amigos de Erdwin:
“…el gran mérito de Erdwin fue sacar
al payaso del circo y llevarlo al teatro y la televisión”. -Juan Vilar
“...cuántos años hace que Erdwin
Fernández ya no está con nosotros y todavía cuando vamos a hablar de Erdwin
Fernández, decimos Trompoloco”. - Enrique Molina
"Animar, recitar, cantar,
conversar, dramatizar con aquel payaso simpático, gran creación de Erdwin. Todo
una gran escuela". - Carmen Solar
“Trabajé con Erdwin Fernández que para
mí fue el mejor director de radio que he tenido. Con Erdwin aprendí muchísimo.”
- Fela Jar
Algunas
expresiones del propio Erdwin:
“a la hora de decidir ante la rigidez
de las ciencias exactas, escogí lo más inexacto y me quedé con el Teatro
Universitario. Sería actor”.
“En
nuestra profesión nunca se llega, siempre hay que estar indagando, buscando,
estudiando.”
"Las veces que voy a actuar para
hacer el personaje no sé cómo lo voy a interpretar hasta que me maquillo, me
pongo la nariz y los zapatones, brota la voz, emergen las palabras y me
transformo en Trompoloco. Es un encantamiento".
"Cuando
quería discutir cuestiones estéticas con los niños, las discutía; cuando quería
hablar sobre el comportamiento humano, de los valores con los niños, lo hacía,
solo dependía de la inquietud que tuviera en ese momento. Trompoloco soy
yo".
“…no
pierdan la niñez. Es el momento más hermoso en la vida del hombre, es lo que se
recuerda para toda la vida”.
Enseñó
a varias generaciones a pensar; mientras nos cantaba una canción o narraba un
cuento a través de la pantalla televisiva. Nos concedió amor y sabiduría. Y así
crecimos, amándolo.
No
sólo fue un magnífico actor, fue también un extraordinario ser humano, dos aspectos
de su naturaleza que no podía apartar la una de la otra; y que siempre se
vieron reflejadas en su respeto, solidaridad, tenacidad y entrega de valores
humanos ante cada función y ante cada niño, a los que dedicó casi toda su vida
y que tanto reverenció y admiró.
Logró con su magistral desempeño, inmortalizarlo. Y es que Trompoloco, siempre eterno, es el payaso de todos.
Logró con su magistral desempeño, inmortalizarlo. Y es que Trompoloco, siempre eterno, es el payaso de todos.