Quedaron guardados en mi
computadora otros escritos de cuando mi hija Carla escribía, ya no lo hace, no
sé por qué. Quizás aquella musa que convivía con ella se haya mudado, quizás le
pesen las letras, quizás, sencillamente el deseo vuele inalcanzable.
Lo cierto es que aquí traigo
otro mensaje de aquella época en que las letras teñían el papel de sentimientos
y sinsabores.
Nunca te dije…
Hace algún tiempo que no nos vemos, y deseo tanto tocarte y escucharte!…es que también
extraño tu voz. Hace mucho que no hablamos, debes tener una nueva confidente,
alguien que escuche día a día cómo te va el trabajo, qué comiste hoy o cuánto
sudaste por la tarde, pero, quién te mirará a los ojos y se fijará lo perfecta
que es tu barba?.
Es posible que tenga la fuerza para decirte, lo que yo, aquel día y muchos otros días, no te pude
decir, y quién sabe, si ella pueda aferrarse a tus labios y colgarse de tus
brazos.
Y quizás le des esa oportunidad que tanto yo imaginé tener, y quizás ella
consiga lo que no te gusta hacer, y nunca hiciste.
Tocaste
sus pies?