“Es la
medicina (…) profesión de lucha; necesítase un alma bien templada para
desempeñar con éxito ese sacerdocio…”
- José Martí
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Carlos J. Finlay |
Cada 3 de diciembre se celebra en Cuba el Día de la Medicina Latinoamericana,
justo el día del natalicio del sabio Carlos J. Finlay, nacido en Camagüey en el
año 1833 y descubridor del agente transmisor de la fiebre
amarilla, el mosquito Aedes aegypti.
Cuba ha tenido
considerables aportes no solo a la medicina latinoamericana sino también en
todas partes del mundo.
Los médicos cubanos
han desarrollado una historia de salvación y atención a todos los enfermos del
mundo. Contribuyen con su docencia a formar médicos en la Escuela Latinoamericana
de Medicina (ELAM), quienes llevan a sus países lo aprendido en Cuba.
También es un orgullo el Contingente Internacional de
Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, o comúnmente conocida como la Brigada Henry Reeve que surgió como
parte de la ayuda humanitaria que los médicos
cubanos ofrecieron al
pueblo de los Estados Unidos tras el paso del huracán
Katrina en agosto del 2005, más adelante siguió dando su ayuda a Haití cuando la epidemia del cólera,
en Pakistán y de nuevo en Haití cuando el terremoto, y ahora en África, con la siempre acostumbrada valentía de nuestros
médicos cubanos, enfrentándose a la epidemia del ébola.
No podía ser de otro modo, se unen la formación, humanismo, valentía, amor, internacionalismo de nuestros médicos y trabajadores de la salud junto al nombre que lleva la Brigada del gran brigadier Henry Reeve.
No podía ser de otro modo, se unen la formación, humanismo, valentía, amor, internacionalismo de nuestros médicos y trabajadores de la salud junto al nombre que lleva la Brigada del gran brigadier Henry Reeve.
Henry Reeve, “El
Inglesito”, fue un brigadier estadounidense nacido el 2 de abril
de 1850, en Brooklyn Nueva York y que gravó su nombre en la historia de Cuba,
peleando por la independencia contra los españoles.
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Henry Reeve |
Héroe de la
Guerra de Secesión en Estados Unidos, se incorporó en las
filas del norte anti-esclavista, contra los sureños, que eran partidarios de no
abolir la esclavitud. Al estallar la primera guerra de independencia en Cuba, conocida
como la Guerra
de los Diez Años, Reeve viajó a la mayor de las antillas, para ponerse al
servicio de la causa libertaria cubana.
Las historias del “Inglesito”, como era conocido en
Cuba, parecen sacadas de un cuento de fantasía. De gran inteligencia, entereza
y valentía, Henry vivió un sinfín de anécdotas particulares, como aquella en la
que fue fusilado, pero sobrevivió oculto entre los cadáveres de los muertos y
luego huyó hacia la manigua cubana a rastras. Henry Reeve cayó en combate, a
los 27 años de edad, el 4 de agosto de 1879 en Yaguaramas, hoy la provincia
Matanzas de Cuba.
Con este trabajo quiero saldar parte de una deuda que tengo con los médicos cubanos.
Me rodea de muy cerca esta humana y sacrificada profesión. Mi nuera Tania, médica
intensivista y docente, quien siempre está dispuesta para todos, lleva con amor tanto el cuidado de sus pacientes, la responsabilidad de su Unidad, la docencia de sus alumnos, así como el cuidado, ternura y abnegación a sus pequeños hijos y familia en general. Porque esta "profesión de lucha" como dijo Martí, se extiende más allá de cuando llevan puestas sus batas blancas. Esta profesión de lucha acompaña en todo a nuestros médicos y trabajadores de la salud en general.
La especialidad de los médicos y enfermeras intensivistas responde a cuidados intensivos a los pacientes que están críticamente enfermos.
La especialidad de los médicos y enfermeras intensivistas responde a cuidados intensivos a los pacientes que están críticamente enfermos.
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La docencia es importante en la formación profesional |
La práctica
profesional de la Medicina
intensiva exige dedicación a tiempo completo a los pacientes que se encuentran
en esta área. Es importante en esta esfera la labor docente y de investigación.
Por la rapidez que se suceden los avances científicos.
Amor, humanismo,
valentía, dedicación y profesionalidad caracterizan al colectivo de la Sala de Terapia Intermedia
del Hospital Docente Salvador Allende, la Covadonga.
Con este pequeño cumplido quiero hacer llegar a este esforzado colectivo, mi amor de siempre.
Y a todos los médicos cubanos y de Latinoamérica el homenaje que se merecen.
Y a todos los médicos cubanos y de Latinoamérica el homenaje que se merecen.
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La doctora Tania Fernández Sordo con sus alumnos |