Foto: Ismael Francisco |
Seguí mis principios y traté de
lograr una estatua llena de vigor y firmeza humana. Al rostro le imprimí
serenidad y entereza como para dar alguien que tiene la certidumbre de sus
ideas; no lo vi como un angelito entre nubes, sino con los pies firmes en la
tierra.
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Jilma
Madera
El Cristo de La Habana es
una atractiva e impresionante escultura ubicada a la entrada de la Bahía de La Habana, en el pueblo de Casa Blanca. Pareciera que
está glorificando y dando la bienvenida a todos.
La escultora cubana Jilma Madera |
La autoría es de la escultora
cubana Jilma Madera, quien nació en Pinar del Río el 18 de septiembre de 1915,
y fue la primera mujer en el mundo en realizar un monumento de tal dimensión.
La majestuosa obra tiene veinte
metros de altura y se eleva a 51 sobre el nivel del mar, y para su construcción
la artista utilizó 600 toneladas de mármol blanco de Carrara.
El Cristo está formado por
12 capas horizontales, con 67 piezas que se montan en su interior, y su peso
fue calculado en 320 toneladas.
Se inauguró el 25 de
diciembre de 1958 con la presencia de Fulgencio Batista. Ese día durante el
acto oficial la autora expresó: “Lo hice
para que lo recuerden, no para que lo adoren: es mármol”.
La figura de Jesús fue
esculpida de pie y mirando hacia la ciudad, con una mano en el pecho y la otra
en alto, en actitud de bendecir. La creadora le dejó los ojos vacíos para que
diera la impresión de que está mirando a todos desde cualquier lugar.
Foto: José M. Correa |
Un dato curioso es que en el
interior de la base, de tres metros, la escultora depositó periódicos de la
época y una pequeña cantidad de monedas.
Por encontrarse a la
intemperie y tan elevada ha sufrido diversos desastres por las inclemencias
climáticas y la contaminación atmosférica. Uno de los motivos fundamentales fue
la ineficiencia del pararrayos con que contaba, reportándose impactos en los
años 1961, 1962 y 1986 con afectaciones localizadas en la cabeza y el codo
derecho. Por eso ha sido objeto de varias restauraciones.
Foto: José M. Correa |
Al equipo encargado de su
reconstrucción le fue otorgado el Premio Nacional de Restauración 2013, por el
excepcional y riguroso trabajo de investigación científica, por el diagnóstico
experto y la restauración integral del conjunto escultórico. Este colectivo
realizó disímiles y complejas labores técnicas y artísticas, así como
recomendaciones que garantizan su mantenimiento y conservación.
El 6 de noviembre de 2017 fue
declarado Monumento Nacional, teniendo en cuenta sus valores artísticos y de
arraigo popular.
Por su altura puede ser contemplado
desde diferentes sitios de la capital y, a su vez, desde su posición se puede
observar una atrayente vista de La Habana.
Foto: José M. Correa |
Resulta imposible no
emocionarse ante tan bello y conmovedor ícono, con su color blanco luminoso,
tan cerca de la tierra y del cielo, asentado en un lugar público de gran
belleza. La Habana y sus habitantes, pronto a celebrar sus 500 años, cuentan
con un Cristo erguido, elegante, vigoroso y certero.
El Cristo de La Habana
parece bendecirnos cada día en esta tierra, que es nuestra, es de todos
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