"Defenderemos, como hemos
defendido hasta hoy, nuestros puntos de vista y nuestras posiciones y nuestra
línea, de manera consecuente con nuestros actos y con nuestros hechos. Y nada
nos podrá apartar de este camino".
-
Fidel Castro, 3 de octubre de 1965
El 3 de
octubre de 1965 representó un día histórico y trascendental para nuestro país.
En un acto celebrado en el hoy Teatro Karl Marx se daba a conocer el primer
Comité Central del Partido Comunista de Cuba y el acuerdo de fusionar los
periódicos Hoy y Revolución para crear uno nuevo que llevaría el nombre de
Granma. En esa misma reunión Fidel Castro dio a conocer públicamente la Carta
de despedida del Che.

- Constitución
del Comité Central del PCC: El Comité Central aplica la política
trazada, los estatutos, resoluciones y acuerdos aprobados por el partido.
Orienta y controla la política establecida para los órganos y organismos
estatales; examina los programas y prioridades para el desarrollo económico y social
del país y emite orientaciones generales. Decide cambios o modificaciones en
las funciones y la estructura del partido.Este hecho representó
un momento trascendental en la historia de nuestro máximo organismo político. Constituyó
un gran paso organizativo que le ha permitido al Partido desempeñar cabalmente
sus funciones de dirección y control, de guía político de la Revolución Cubana.

- Creación del Periódico
Granma: El periódico Granma es el Órgano Oficial del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba, surge de la fusión de los
periódicos Hoy y Revolución. Devino desde entonces un arma poderosa para la
información veraz y la lucha ideológica, la más fiel y genuina expresión de la Revolución, del Partido
y de los intereses del pueblo, al situarse a la altura del periodismo que
exigen estos tiempos. Cuenta con una edición digital y otra en papel, se edita
en idioma español, inglés, francés, portugués, italiano y alemán. Su primer
número comenzó a circular al siguiente día, el 4 de octubre de 1965.
- Fidel da lectura a la
carta de despedida del Che: Esta carta constituyó un paradigma de desprendimiento,
abnegación, grandeza y espíritu de sacrificio. El Che poseía todos los méritos
y virtudes necesarios para pertenecer a las filas del Partido y del Comité
Central, a las que hacía formal renuncia para partir a otras tierras.
Texto de la carta de despedida del comandante Ernesto "Ché"
Guevara:
Fidel:
Me recuerdo en
esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de
cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a
quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos
golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una
revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron
a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono
menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que
he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su
territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal
renuncia de mis cargos en la
Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado
de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos
de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un
recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y
dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.
Mi única falta de
alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no
haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
revolucionario.
He vivido días
magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los
días luminosos y tristes de la
Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló
más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte
seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y
apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del
mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te
está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de
separarnos.
Sépase que lo hago
con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de
constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que
me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu.
En los nuevos campos de batalla
llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la
sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el
imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier
desgarradura.
Digo una vez más
que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su
ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último
pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las
gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las
últimas consecuencias de mis actos.
Que he estado identificado
siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que
en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario
cubano, y como tal actuaré.
Que no dejo a mis hijos y mi
mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para
ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas
cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias,
las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena
emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre,
¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor
revolucionario,
Ché