martes, 2 de septiembre de 2014

Un oasis en el corazón de la Habana Vieja


Un día de insoportable calor, como todos los de este verano cubano, acompañaba a mis nietos a la actividad-clausura de un taller que recibieron en las vacaciones. 
Después de dejarlos en el recinto donde disfrutarían de la fiesta y en espera de la hora en que debíamos recogerlos, nos fuimos a caminar por La Habana Vieja.
Dos cuadras rectas, otras dos a la derecha, una a la izquierda, bordeando lomas de escombros, saltando huecos y basura llegamos a un lugar que por estar rodeado de calles y asfalto destruidos, no deja de atraer.
En el mismo centro del Casco Histórico en la Calle Muralla, esquina Habana encontramos el Café Oasis Nelva.
Impresiona en cuanto llegas a la misma entrada y descubres las lámparas, escaleras, baño, macetas y soportes de las plantas ornamentales confeccionadas con desechos que se reciclan y aprovechan todo.
Una decoración totalmente artesanal, con la belleza artística que una mente creadora es capaz de lograr.
Mientras te adentras te vas encontrando una belleza natural y ecológica junto a una gran paz que te envuelve.

En la planta baja la tienda de las plantas ornamentales, que ya tiene dos años de inaugurada, vende además de las plantas tiestos hechos de cortezas de coco, de maderas recuperadas de los encofrados y vasijas fundidas con material de paredes derrumbadas. También biofertilizantes, humus de lombriz y todo lo que sea producción agroecológica.
Reciclan incluso el agua de los aires acondicionados del lugar para el riego de las plantas.
El bar en la planta alta
Solo hace dos meses, para bien de los visitantes del lugar abrió en la planta alta un bar con ofertas de café e infusiones, ensaladas de frutas y vegetales, entrepanes, jugos naturales, refrescos, cervezas, limonadas y la tentadora y rica especialidad, los ricos crepes salados y dulces.
Paredes con pinturas de naturaleza, plantas, cuadros alegóricos al medio ambiente y muebles y decoración en general con el mismo estilo y objetivo de la casa. Un proyecto medio ambientalista realizado con gusto y calidad de primera. Disfrutamos de los muebles confeccionados con parles barnizados y tablas. Un baño “sui géneris” donde la jabonera, el marco del espejo y el propio porta papel sanitario son pedazos de maderas recuperadas de derrumbes.
Espejo del baño enmarcado con madera reciclada
Merece una atención aparte la calidad del producto a degustar, diferentes tipos de cafés, limonada refrescante, gusto y buen trato.

Decidí probar una crepe, no conocía el plato… El pedido a la joven que nos atendió fue: una crepe de chocolate y frutas naturales. Exquisito plato, bella decoración y variedad de frutas. Chocolate, pasas, mango, piña, manzana, plátano, fruta bomba, guayaba, que variedad!
Pero… y qué son las crepes?
Se denomina crepe, crepa o crep (del francés crêpe, y éste a su vez del latín crispus, ‘crespo’) a la receta europea de origen bretón, hecha fundamentalmente de harina de trigo, con la que se elabora una masa en forma de disco. Se sirve habitualmente como base de un plato o postre aplicándole todo tipo de ingredientes dulces o salados.

Los ingredientes comunes de esta masa cocida son: harina, huevos, leche, mantequilla y azúcar. Generalmente hay dos tipos: crepes dulces y crepes salados. Se obtiene por la cocción de la pasta extendida en forma de disco y cocinada por sus dos caras, en una sartén o en algo más específico como una crepera (un aparato específico para obtenerlas de forma más cómoda).

Las crepes son originarias de la región de Bretaña, al oeste de Francia, actualmente es un plato consumido a diario en todo el país. Según estudios realizados, el origen de este plato se halla en la época del Imperio Romano, y las naciones que surgieron en sus antiguas provincias eventualmente continuaron preparándolo a través de los siglos. En la mayoría de las regiones alemanas es pfannkuchen y en neerlandés pannenkoeken (que proviene de unir las palabras ‘sartén’ y ‘torta’). En España se suelen acompañar con nata montada, mermelada, azúcar, chocolate o embutido, jamones y quesos, como desayuno o merienda en cafeterías y restaurantes.
Crepe de chocolate y frutas naturales
En mi paseo y visita a este maravilloso sitio conocí por Carmen Monteagudo la propia dueña del lugar que pudimos contactar, su amor por la naturaleza y la preservación del medio ambiente. También pudimos constatar “in situ” su buen gusto y el conocimiento del tema. Con mucha paciencia y dedicación también nos explicó en qué consistían las crepes y que allí hacían la masa con una crepera… y sobre todo su objetivo y afán de inculcar la cultura alimentaria de este sabroso plato.
Ambiente ecológico, tranquilidad, música adecuada, libros y folletos de consulta, lugar ideal de reunión con amigos, de trabajo, de estudio, de meditación… y de un color bien verde esperanza.
Si reúnes alguno de estos objetivos llégate justo al corazón de La Habana Vieja con sus calles rotas, empolvadas, contaminadas y feas a disfrutar de un espacio claramente natural, donde se respira aire puro, se escucha buena música, se observa belleza, se degusta con sabor y se acaricia la esperanza y la paz.
Te invito a visitar un refugio fresco y natural. Oasis Nelva te espera!.

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