“En inmigración como en medicina, es necesario prever”.
- José Martí

Esta
vez a disfrutar del unipersonal El cuento de Orestes del Grupo Vital Teatro,
con la actuación del actor y director Alejandro Palomino y la asesoría dramatúrgica de Amado del Pino.
El Orestes de Homero después de ocho años vuelve de Atenas a vengar la
muerte de su padre, vuelve a Mecenas a matar a Egisto, su asesino.
Tocando un tema tan sensible como es la migración, este
Orestes moderno nació en Cuba, de padre cubano y madre polaca. Durante los 20
años de emigrante ha sido lacerado por sus vivencias, nostalgias y miedos.
Cuenta Orestes desgarrado y lleno de angustias y dudas, toda la travesía
que, desde sus antepasados ha tenido que transitar en busca de una mejoría
económica
Así, va adentrándose en las horrendas historias del paso por la frontera de México a Estados
Unidos, o cuando sin esperarlo se convirtió en un héroe salvador de víctimas en
el atentado del 11 de septiembre, y también cómo llegó a ser un narcotraficante.

Repite una y otra vez el poder entrar, luchando con la apatía, con el
desgano.
Pretende desde sus aprensiones “pasar por esa puerta para romper la inercia”… en su afán de volver
a recuperar sus raíces, sus valores, su verdad.
El tema de la emigración es de mucha carga emocional y afectiva, y la
obra logra conmover los sentimientos, porque alguna vez, o de alguna manera todos
hemos sufrido las angustias de la emigración.
La obra, presentada con el público en el mismo escenario (como el teatro
arena) y la escenografía mínima (una ventana de cristal, una maleta y un banco)
hace que la carga emocional cale más en el espectador.
Alejandro Palomino, actor y director logra con su actuación un Orestes
convincente de sus cuentos. Logra mantener su incertidumbre, sus vacilaciones,
su apatía, su confusión, su realidad.
Y así Orestes-Palomino convence al espectador de lo que sigue haciendo
en escena Vital Teatro, a 20 años de fundado.